Me vuelvo a escondidas de este mundo, entre sombras, caricias y amores perdidos. Nada de lo que te cuente serĂ¡ nuevo para tus ideas, sueños y locuras, pero ¿quĂ© mĂ¡s da? RefugiĂ©monos en las sombras, cercados con la oscuridad que la luna llena ofrece y brindemos por una muerte decente al final de esta locura. Me gusta vivir entre las mĂ¡scaras rotas de los demĂ¡s, me hace sentir bien, ninguno tiene el valor de demostrar sus sentimientos o el origen de su locura, y entonces es cuando muere la personalidad y la simple forma de ver el mundo. Ven a la oscuridad y escĂ³ndete, no pierdas el tiempo y acude a mi, sin prisa, dulce y elegante como es el silencio investido de recuerdos.
Llega el amanecer y las ideas fluyen por la corriente que mueve nuestras articulaciones, nuestras pasiones, nuestro mundo, pero ¿por quĂ© hay que hacerles caso? ¿por quĂ© caer de nuevo en esa mancha de oscuridad? No hace falta crear ilusiones, no hace falta crear sueños, porque estĂ¡n ahĂ, solo tenemos que identificarlos y aunque nos lleven a la oscuridad, a la luz, con lo demonios o el paraĂso debemos perseguirlos. Pero no, muchos preferimos la oscuridad y ver como los demĂ¡s caen y vuelven a caer intentando luchar por un sueño que, puede, jamĂ¡s tendrĂ¡n. Me vuelvo a escondidas a mi pequeño escondite, donde la luna ilumina las caricias de un silencio plagado de sentimientos rotos. Volvamos a disfrutar de la locura, de ese instante previo a la decepciĂ³n en el que creemos que todo puede mejorar.
Disfrutemos de la oscuridad, al fin y al cabo, son los mayores momentos que tendremos en este camino. Muchos por cinco minutos de paraĂso prefieren vivir una vida de oscuridad, yo por mi parte prefiero asentarme en la oscuridad y ver caer los sueños. No me creas, no me sigas en mi locura, ¿quĂ© mĂ¡s da? Deja que me vuelva a escondidas sin prisas, perdido entre caricias, sombras y sueños perdidos pues, ¿quĂ© es la oscuridad sino un silencio perpetuo?