Se levantó y oteó su alrededor. Elisea se encontraba haciendo un desayuno simple, mientras Guillermo comenzó a montar tranquilamente el puesto. Tras levantarse y curiosear un poco entre las bocacalles de la ciudadela, se instaló al lado de Elisea, y comenzaron a desayunar.
- Buenos dÃas, pequeña.
- Buenos dÃas, Elisea. ¿De dónde viene tu nombre?
- Es un nombre hebreo, aunque el nombre original es Eliseo. Proviene de mi abuela, y ha ido de generación en generación, y ahora lo tengo yo es todo un honor llevar el nombre de mi abuela y de mi madre, y espero que en unos años, lo pueda llevar mi hija.
- Es muy bonita la historia. Yo no tengo el honor de llevar el nombre de mi madre.
- ¿Cómo se llama tu madre?
- Se llamaba Aldana, un nombre celta, que viene de sus antepasados.
- Bonito nombre, pero...¿Cuál es el tuyo?
- Isabel.
- ¿Y por qué ese nombre?
- Nunca me dijo el motivo del porqué.
Muy interesante.- vio que alguna lagrima comenzaba a emerger, y rápidamente cambió de tema.- Bueno, bueno...vamos a ayudar un poco a Guillermo, para que podamos estar más tiempo con el puesto abierto.
- Vamos, y gracias.
Tras una amplia sonrisa, Elisea la cogió de la mano y se dispusieron a ayudar.
Casi diez horas después de poner el puesto, Guillermo echó la sábana por encima del puesto y comenzaron a cenar, pero antes habló con Isabel.
- Ven un momento pequeña, tengo que darte algo.
Se acercó a él, y se sentó a su lado, Guillermo comenzó a hablar.
- Te voy a dar un pequeño regalo. Hace muchos años, mi madre me regaló esto, y me gustarÃa que lo tuvieras tú, porque me encantarÃa que lo tuvieras tu.
-¿Qué es?
Sacó una pequeña cajita, y se la dio. Era una pequeña cajita de madera, y tras mirarla un poco, abrió la misma.Una pequeña niña comenzó a dar vueltas sobre si misma, mientras una pequeña melodÃa de piano comenzó a sonar. Se quedó ensimismada escuchando aquella música.
- ¿Te gusta, pequeña?
- ¡Me encanta!
Una gran sonrisa emergió en Isabel, y se quedó mirando como aquella pequeña muñequita, giraba al compás de la música.