Varios hombres pasaron cerca de ella, y uno se percató de su presencia. Se acercó a ella y le preguntó.
-¿ Quien eres pequeña?
Pero ella no respondía, quería echar a correr y desaparecer de la vista de aquellos hombres, pero sería peor. Aquel hombre seguía preguntándole.
- ¿Que hace por aquí una niña tan guapa y tan sola?
- Déjenme en paz, sigan su camino.
- Vamos niña, respóndeme, tengo curiosidad.- replicó con una sonrisa malévola. Sus amigos comenzaron a reirse y a seguir las bromas del primero.
- ¿Que edad tienes? Cuéntanos algo pequeña, queremos saber...
- Olvídenme.
Aquel hombre se cansó de las impertinencias de aquella niña y la agarró fuertemente del brazo. Ella intentó forcejear pero el hombre le propinó un puñetazo y la mandó a la tierra. Aquel hombre se recostó a su lado. Intentó tocarle las piernas pero hubo un pequeño fogonazo de luz. Cerró los ojos con fuerza y tras abrirlo, volvió con a tocar.
Un fogonazo mayor emergió cerca de él, cegándolo fuertemente. Intentó taparse los ojos, pero una ráfaga de aire lo empujó contra un árbol cercano. Un tercer fogonazo de luz emergió haciendo que aquellos tres hombres salieran corriendo y la dejaran en la tierra, observando atónita aquel espectáculo. Antes de que pudiera levantarse pudo escuchar un leve susurro.
- Nunca dejaré que te pase nada....nunca.