Al fondo de la calle aparece tranquilamente una figura, una sombra que reconoce, sabe donde irá, y puede que con suerte le diga algo. Esa sombra va caminando tranquilamente. Frente al balcón se agacha, y deja una carta al lado de la puerta, y sigue caminando tranquilamente por la calle hasta desaparecer entre las sombras de la ciudad.
Ella baja corriendo las escaleras de su casa, y con silencio abre la puerta y recoje la carta. Entra en su casa y sube a su habitación, y entonces la lee...
Nadie sabrá jamás que le dijo pero desde entonces se enamoró aún más de esa sombra que cada noche le deja cartas de amor, y que le parte el alma con cada verso...